
Y como tocado por vaya a saber que varita, con el gran Rubén Di Mauro nos ponemos de acuerdo para que me dirija una obra!!! Que más puedo pedir!!!
Me voy para su casa, en Arguello (Córdoba) donde me encuentro con otras personitas más, tan grandes como él, su mujer Mara y sus niñas Anahi y Lucía!!! Sin olvidar a Felipe, su perro.

La revisión de la dramaturgia la hicimos con Mara, mientras Rubén confeccionaba los títeres y las niñas ayudaban y se divertian de mis torpezas!!!
Ensayabamos en la escuela René Favaloro, de su barrio y al plantar las escenas se la mostramos a los chicos, cuatro funciones !!!! Yo con los brazos a la miseria, pero el alma llena de alegría!!
Se estaban dando los primeros pasos de "Los fantasmas del Torreón".
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