La conquista de los títeres
El festival internacional El Cuyanito cierra mañana su décima edición. Participaron más de 20 mil chicos de nuestra provincia, San Juan y San Luis. Hablan dos de sus protagonistas junto con el organizador del encuentro.El Festival Internacional de Títeres El Cuyanito entra hoy en su recta final con las dos últimas funciones que se ofrecerán en el teatro Independencia. La de esta tarde estará a cargo de un elenco local, Giraluna, mientras que mañana los muñecos se despiden de la mano de una obra “histórica” creada por la compañía porteña Los Bufones.
Después del periplo con presentaciones en distintos departamentos de Mendoza, en San Luis y en San Juan, dos de los titiriteros foráneos invitados al festival visitaron la redacción UNO Multimedios para contar sus experiencias.
La magia del títere brilló en la charla, gracias a que uno de los muñecos estuvo presente, Sopo, el “bufoncito” que provoca risas y suspiros con o sin retablo. La “maestra”, en cambio, sólo posó para las fotos y Don Pascual (personaje creado por Ezequiel Yasar, organizador del encuentro) prefirió seguir durmiendo en la valija.
Ellos son los protagonistas de un arte milenario que aquí, en nuestra región, tiene su celebración anual con uno de los festivales más destacados del país.
Chile, México, Ecuador, España y Venezuela son los países que trajeron sus muñecos para contar historias en cada rincón de nuestra provincia y en teatros sanjuaninos y puntanos. Y compartieron la experiencia junto a las compañías locales más reconocidas y a otras de Buenos Aires, Misiones, Chaco, Córdoba y Chubut.
“Estamos felices de volver a Mendoza, de recorrer sus distritos, el público infantil es maravilloso, muy participativo, que va a vernos en familia”, expresa el actor y titiritero Marcelo el Colo Pascale, quien con Diabolo viene desde San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Es su segunda vez en El Cuyanito y ayer partió a Chile con la promesa de volver el año que viene. “Me voy a llevar un poco de alegría a las zonas afectadas por el terremoto”, nos cuenta el Colo y se refiere a su disparatada historia de Los fantasmas del torreón.
Marcelo Fernández, en cambio, destaca el intercambio artístico así como el espíritu viajero de su oficio. “Los titiriteros somos trashumantes, este arte lo demanda. Y lo bueno es conocernos en cada pueblo, conocer la gente y conocer a los compañeros. Eso es muy enriquecedor”, considera el fundador de Los Bufones, dedicado hace 20 años a los títeres, con sede en Capital Federal.
Fernández y Pascale coinciden en que los titiriteros son en general “artistas solistas, que andan con valijones de aquí para allá, contando sus historias a través de los muñecos”.
De todas formas, el modo y las técnicas de producción para un espectáculo de títeres ha cambiado. Y mucho. Hoy es habitual ver a los muñecos junto a su manipulador en escena, sin retablo de por medio. Así como son cada vez más los artistas que trabajan en equipo el proceso de creación de la obra, aunque después aparezcan ellos solos en escena.
“Ahora trabajás con músicos, con vestuaristas, con escenógrafos. Yo no sé hacer nada, nunca agarré una aguja en mi vida. Yo encargo mis títeres, por ejemplo”, confiesa Pascale.
Y el titiritero local Ezequiel Yasar, organizador de El Cuyanito, concluye: “Todos buscamos lo mismo, comunicarnos con los chicos”.
Después del periplo con presentaciones en distintos departamentos de Mendoza, en San Luis y en San Juan, dos de los titiriteros foráneos invitados al festival visitaron la redacción UNO Multimedios para contar sus experiencias.
La magia del títere brilló en la charla, gracias a que uno de los muñecos estuvo presente, Sopo, el “bufoncito” que provoca risas y suspiros con o sin retablo. La “maestra”, en cambio, sólo posó para las fotos y Don Pascual (personaje creado por Ezequiel Yasar, organizador del encuentro) prefirió seguir durmiendo en la valija.
Ellos son los protagonistas de un arte milenario que aquí, en nuestra región, tiene su celebración anual con uno de los festivales más destacados del país.
Chile, México, Ecuador, España y Venezuela son los países que trajeron sus muñecos para contar historias en cada rincón de nuestra provincia y en teatros sanjuaninos y puntanos. Y compartieron la experiencia junto a las compañías locales más reconocidas y a otras de Buenos Aires, Misiones, Chaco, Córdoba y Chubut.
“Estamos felices de volver a Mendoza, de recorrer sus distritos, el público infantil es maravilloso, muy participativo, que va a vernos en familia”, expresa el actor y titiritero Marcelo el Colo Pascale, quien con Diabolo viene desde San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Es su segunda vez en El Cuyanito y ayer partió a Chile con la promesa de volver el año que viene. “Me voy a llevar un poco de alegría a las zonas afectadas por el terremoto”, nos cuenta el Colo y se refiere a su disparatada historia de Los fantasmas del torreón.
Marcelo Fernández, en cambio, destaca el intercambio artístico así como el espíritu viajero de su oficio. “Los titiriteros somos trashumantes, este arte lo demanda. Y lo bueno es conocernos en cada pueblo, conocer la gente y conocer a los compañeros. Eso es muy enriquecedor”, considera el fundador de Los Bufones, dedicado hace 20 años a los títeres, con sede en Capital Federal.
Fernández y Pascale coinciden en que los titiriteros son en general “artistas solistas, que andan con valijones de aquí para allá, contando sus historias a través de los muñecos”.
De todas formas, el modo y las técnicas de producción para un espectáculo de títeres ha cambiado. Y mucho. Hoy es habitual ver a los muñecos junto a su manipulador en escena, sin retablo de por medio. Así como son cada vez más los artistas que trabajan en equipo el proceso de creación de la obra, aunque después aparezcan ellos solos en escena.
“Ahora trabajás con músicos, con vestuaristas, con escenógrafos. Yo no sé hacer nada, nunca agarré una aguja en mi vida. Yo encargo mis títeres, por ejemplo”, confiesa Pascale.
Y el titiritero local Ezequiel Yasar, organizador de El Cuyanito, concluye: “Todos buscamos lo mismo, comunicarnos con los chicos”.
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